Cofrentes y su historia
Aunque parezca una población de origen romano las primeras comunidades de población que habitaron las tierras de Cofrentes se remontan alrededor del primer milenio a.C.
Cofrentes y su historia.
Los recursos naturales prioritarios como los cinegéticos y el agua hacen del territorio un lugar ideal para los asentamientos poblacionales. Así, civilizaciones como las de la Edad del Bronce o la Ibérica han dejado restos materiales en el recinto del castillo.
De la ocupación romana, de la cual tenemos constancia según Escolano, podemos destacar las Batallas de Sertorio, cuando el territorio de Cofrentes fue testigo de algunos enfrentamientos. Además, el topónimo Cofrentes hace referencia a la ubicación del pueblo en la zona donde confluyen los ríos Júcar y Cabriel. Desciende de palabras latinas como podrían ser confluentes, o fluvius confluentes, que habría derivado en confluentum, como primer topónimo (E. Martínez Azorín, 1941), que ha perdurado hasta nuestros días.
El entorno urbano, tal como lo conocemos actualmente, se gesta desde la entrada de las primeras oleadas bereberes alrededor del siglo VIII- IX. Inicialmente se establecen en el cerro de la fortaleza, bajando y ampliando las construcciones por el entramado urbano conforme aumenta la densidad de población.
A partir del siglo XI, las estructuras de defensa de la fortaleza se alzarán en la parte más alta de la población, sobre el cerro producto de las explosiones de piroclastos de la chimenea volcánica. Desde ahí se vigilará y controlará, además del Júcar, sobre todo el cauce del Cabriel, por donde ya desde el siglo XII bajaban las maderas de la sierra de Cuenca hasta las atarazanas de la Taifa de Denia en la que se construían los barcos que mantenían el dominio andalusí en el Mediterráneo. Esta actividad “maderera” se mantendrá de forma intermitente hasta que se convertirá en la más importante económicamente durante final del siglo XIX y la primera mitad del siglo XX.
El territorio cofrentino, por su ubicación fronteriza y la relevancia en el control de la ruta fluvial en dos de los ríos más importantes de la actual provincia de Valencia, siempre ha sido una zona codiciada, lo que se ha visto en el cambio de jurisdicción tanto en periodo islámico como posteriormente.
El Valle ha fluctuado perteneciendo a Murcia, Castilla y Valencia, no siempre en este orden, en varias ocasiones en épocas diferentes a cada uno de ellos hasta que, a partir de formar parte del patrimonio de Alfonso de Aragón (en 1364), ya será un señorío del Ducado de Gandía, del cual se donan y se ceden los derechos variando entre la casa de Cardona, el Marquesado de Villena o el más relevante para el territorio, el Condado de Oliva, no dejando de prestar servicio económico, al menos, a la casa de Gandía (y la familia Borja) en todo momento.
Cofrentes ha participado en la mayor parte de los episodios bélicos, Guerra de Sucesión, Independencia, o cualquiera de las Guerras Carlistas, sobre todo visible en las reparaciones en la fortaleza para el acantonamiento de tropas o milicias de defensa. Aunque uno de los episodios más característicos será la expulsión de los moriscos, ya que para Cofrentes (y el resto de pueblos del Valle a excepción de Ayora), suponía la pérdida de prácticamente la totalidad de sus habitantes. Por esto, las sublevaciones en los pueblos y finalmente en la Muela de Cortes, fueron de las más virulentas de este capítulo de la historia de España.